Amar nuestro trabajo





"La abeja goza trabajando. La hormiga es feliz trabajando. Aprenda usted a gozar y a disfrutar del trabajo."
Samael Aun Weor





"En el momento de la muerte, no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, sino por el peso de amor que hayamos puesto en nuestro trabajo"
Madre Teresa de Calcuta.

"Amor y trabajo... trabajo y amor, eso es todo lo que hay"
Sigmund Freud.

“Si no puedes trabajar con amor sino sólo con desgano, mejor será que abandones el trabajo y te sientes a la puerta del templo a recibir limosna de los que trabajan con alegría.” 
Khalil Gibrán.


El trabajo en nuestra sociedad es inherente a la vida adulta. Los niños juegan y van a la escuela, más tarde van al instituto y, de no proseguir estudios superiores, acaban estadísticamente formando parte de la población activa del país. Es una cuestión de vida tan importante que interesa tanto a políticos y empresarios como a intelectuales y obreros. Acapara con mucha frecuencia los titulares de prensa y es motivo de debate en las distintas organizaciones sociales. Se discute acerca de la duración de los contratos, de la jornada laboral, de los salarios, etc.

Por otra parte, del amor al trabajo, de disfrutar lo que hacemos, de la satisfacción por el bien cumplido se habla muy poco. Sufrimos porque el jefe no valora suficientemente nuestro esfuerzo, porque los compañeros de trabajo no saben mucho de solidaridad y aquel discurso de que "somos un equipo y aquí estamos para cooperar", es apenas un eslogan simpático.

Lo cierto es que, por encima de las leyes laborales y del sistema de trabajo imperante con sus múltiples fallas, la calidad del trabajo depende de la calidad humana del personal implicado en el mismo. Por eso debemos hacer el esfuerzo de "ser humanos" también en nuestro sitio de trabajo. Es necesario "poner la otra mejilla" y predicar con nuestro ejemplo cotidiano. Las quejas constantes y el pesimismo sólo contaminan el ambiente laboral psicológico, generando un "mal rollo" difícil de sobrellevar. Muchos trabajos ya son bastante exigentes ya sea en lo físico -camareros, cocineros- o en lo mental -vendedores, recepcionistas- como para sumarles una carga psicológica negativa.

La psicología gnóstica enseña que cuando un empleado goza trabajando, irradia ondas mentales de éxito y progreso. Entonces el jefe se siente dichoso con su empleado y no quiere que éste se retire. Preocupémonos por el éxito de la empresa donde trabajamos y nos ganaremos el aprecio de nuestros jefes. Aprendamos a sonreír sinceramente, aprendamos a gozar de nuestro trabajo.

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