La maledicencia, el chisme y la calumnia han llenado al mundo de dolor y de amargura.
Samael Aun Weor
Una frase muy popular reza así: "las palabras se las lleva el viento", pero deteniéndonos un instante a reflexionar sobre ella, esto no significa que las palabras desaparezcan o dejen de existir, simplemente se van a otro lugar. Estudiando la Ley del Karma conocimos que toda acción genera una reacción y toda causa tiene su efecto.
Así, las palabras tienen efecto porque son el verbo en acción. En este sentido, "refrenar la lengua" y no caer en la verborrea -verbosidad excesiva- resulta más que conveniente porque "en las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente" (Proverbios 10,19).
Mide tus palabras, porque el Verbo crea
El Universo fue creado por el Ejército de la Voz. En la Biblia se encuentra plasmado: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios" (San Juan 1,1). En el microcosmos hombre, la energía creadora se expresa tanto en los órganos sexuales como en la laringe: ¡la palabra es sexual!
Cuando transmutamos nuestra energía creadora a través de la alquimia, se hace necesario purificar nuestro lenguaje, pues las palabras vulgares, inarmónicas y arrítmicas, modifican con sus vibraciones esta poderosa energía, dañándola fatalmente. Por el contrario, las palabras sublimes, melodiosas y perfectas producen transmutaciones sexuales plenas de gloria. En síntesis, nuestra energía sexual puede ser modificada en poderes de luz o de tinieblas, en función de la calidad de las palabras.
Para profundizar el estudio sobre el verbo creador, te invitamos a leer Logos Mantra Teurgia del V.M. Samael Aun Weor. Encuéntralo en nuestra biblioteca gnóstica.
